Técnicas para lucir una sonrisa más bonita.

Bonita sonrisa

La sonrisa es una parte de la cara que puede realzar nuestra belleza natural o desgraciarla definitivamente. De ahí, que le prestemos una gran atención. En este sentido, vamos a comentar diferentes técnicas que se pueden utilizar para lucir una sonrisa bonita, de manera que el lector pueda dilucidar cuál es el método más adecuado.

Es sorprendente la fuerza visual que tiene una sonrisa. Hay personas, que sin ser especialmente atractivas, nos seducen con su sonrisa. Y es que la sonrisa transmite energía, buenas vibraciones, optimismo. Nos inspira confianza.

Lo podemos ver en los niños. Toda su alegría se concentra en la sonrisa. Los vemos, con la boca arqueada de oreja a oreja y entendemos que son felices. Esa felicidad es contagiosa. Nos hace sentirnos bien.

También sucede en las personas adultas. Cuántas veces hemos escuchado eso de esta persona me gusta porque es simpática. Y es que su simpatía es un acto de generosidad. Un gesto que provoca bienestar y propicia un ambiente agradable.

Pero claro. Para lucir una sonrisa bonita debemos tener la dentadura en buenas condiciones. Una sonrisa en una boca en la que faltan dientes y en la que los dientes están empercudidos, resulta grotesca.

Una dentadura en mal estado anula nuestra sonrisa. Nos baja la autoestima. Crea un complejo en la persona que evita que exprese sus sentimientos con naturalidad. Llega un momento en que el sujeto evita sonreír. Proyectando una imagen más seria de la que realmente tiene. La persona llega a menospreciarse. Piensa que es menos. Menos complaciente, menos amable, menos agradable.

Parece mentira, pero algo tan simple como una sonrisa puede afectar a otros ámbitos de nuestra vida. A nuestra relación con los demás, a nuestro desempeño en el trabajo. A nuestra capacidad de socializar.

Esto nos afecta a todos de una manera u otra. Nadie puede escapar al hechizo de la sonrisa. Para lo bueno y para lo malo. Por eso, el hombre ha desarrollado técnicas y procedimientos para hacer que su sonrisa se vea más bella. Te comentamos algunos de ellos.

Remedios caseros.

El ingenio suple la falta de medios. Esto lo podemos comprobar en la estética y la belleza. El que una mujer, o un hombre, carezcan de liquidez económica no ha impedido nunca que se pudieran ver guapos. Esto también afecta a la boca. Existen múltiples trucos caseros, bastante económicos, para lucir una dentadura radiante. Algunos de esos trucos son antiquísimos y se han traspasado de generación en generación por la tradición oral. Hoy muchos de ellos se siguen usando. Tal vez por comodidad o con el interés de ahorrarse algo de dinero.

El periódico digital Noticias de Guipúzcoa nos habla de algunos de ellos. Uno de los más conocidos es lavarse los dientes con pasta de bicarbonato. Para ello tenemos que preparar en una taza pequeña un mejunje con bicarbonato, agua y zumo de limón, hasta que alcance la consistencia de una pasta de dientes. Mojaremos el cepillo en la crema y la utilizaremos como una pasta dentífrica cualquiera. Hay quien propone una doble cepillada. Cepillarse los dientes como lo hacemos habitualmente, enjuagarse la boca y darse otra pasada con la pasta de bicarbonato.

Frotarse los dientes después del cepillado con cáscara de plátano o de naranja dicen que tiene efectos blanqueadores. Para eso, cogeremos la cáscara de un plátano maduro y restregaremos en la dentadura la parte blanca, de manera suave. La cáscara de la fruta se supone que aportará potasio al esmalte dental. La cáscara de naranja también es útil. Ya que contiene vitaminas. Debemos hacerlo dos veces al día.

Enjuagarse la boca después del cepillado con agua oxigenada o con bicarbonato disuelto en agua, o hacer gárgaras con vinagre de manzana diluido pueden hacer que nuestros dientes se vean más blancos con el tiempo.

Nadie duda que estos procedimientos no sean eficaces. El problema radica en que son nocivos para la salud de la dentadura. Desgastan el esmalte dental. El bicarbonato, por ejemplo, es un poderoso abrasivo que va haciendo que el esmalte se erosione y que la capa dura que protege nuestros dientes sea cada vez más fina. Con peligro de que se abran fisuras.

El agua oxigenada y el ácido del vinagre y el limón tienen un efecto irritante en el esmalte dental. Diluyendo el flúor y otros elementos esenciales que dan fortaleza a los dientes.

A la larga, los remedios caseros no son una buena solución para lucir una dentadura blanca y bonita.

Productos de higiene dental y parafarmacia.

Seguro que en tu farmacia habitual y en tu supermercado de confianza has encontrado en los estantes una variada gama de productos que prometen blanquear tu dentadura. Entre estos productos encuentras pasta de dientes especial y kits de blanqueamiento.

El suplemento Consumo Claro, del periódico La Razón, constata que las pastas blanqueantes no blanquean la dentadura.

A lo largo del año 2016, la organización de consumidores O.C.U. realizó un experimento con 30 voluntarios durante varios meses seguidos. Con ellos se probaron 13 marcas diferentes de pasta de dientes blanqueante. Cepillándose con ellas dos veces al día, todos los días, durante dos meses, como mínimo.

Con ninguno de los productos se consiguió que alguno de los voluntarios aumentara un tono en la escala de color dental Vitiplan. La que usan los dentistas para encargar las carillas y las prótesis dentales.

Fue tal la rotundidad del estudio, que la O.C.U. propuso al ministerio de industria que se retirara el término blanqueador del etiquetado de cualquier pasta de dientes.

Según los periodistas de La Razón, estas pastas dentífricas tienen ingredientes que eliminan las manchas de la comida, del té o del café después de su ingesta, pero no pueden cambiar el tono de los dientes.

Dentro de estos ingredientes se encuentran ciertos microplásticos, que si bien, arrastran la suciedad, también erosionan el esmalte. Convirtiéndose en un elemento peligroso para nuestra dentadura.

En los últimos años hemos visto kits blanqueadores que emulan los tratamientos que se realizan en las clínicas dentales, pero con dispositivos portátiles y sin el seguimiento de un profesional sanitario que vele por nuestra salud.

Algunos de estos kits contienen lámparas de luz led que actúan sobre nuestra dentadura. Mientras otros vienen provistos de un gel blanqueador y de una férula plástica protectora estándar.

Con frecuencia, estos productos provocan un aumento de la sensibilidad dentaria y dolores agudos en los dientes. Al no haber un control médico, han dañado el esmalte dental.

Estética médica dental.

Un medio seguro para mejorar la apariencia de nuestra dentadura es someternos a un tratamiento estético en una clínica dental. Aquí, al contar con supervisión sanitaria, no solo mejoramos la imagen de nuestra boca, sino, sobre todo, protegemos la salud de nuestros dientes.

El doctor Ferré, director de la Clínica Gaudí, una clínica de medicina y estética dental de Tarrasa (Barcelona), con más de 30 años de experiencia, nos cuenta que los tratamientos más utilizados para mejorar la apariencia de la dentadura son el blanqueamiento dental y las carillas.

En cuanto al blanqueamiento dental existen dos procedimientos: el blanqueamiento por led y el blanqueamiento por férula. El dentista utiliza aquel que es más apropiado según el estado de la dentadura del paciente. Puede, incluso, llegar a combinar ambos tratamientos para obtener un resultado más rápido y efectivo.

El blanqueamiento por led produce efectos visibles desde la primera sesión. Se aplica en la clínica dental. Con él, se esparce sobre la dentadura del cliente una solución rica en peróxido de hidrógeno o peróxido de carbamida que se reactiva por el efecto que provoca un haz de luz led dirigido. En pocas sesiones se puede conseguir el objetivo deseado. Sin embargo, tiene una contraindicación. Este es un método algo agresivo que puede dañar el esmalte dental, si este no es lo suficientemente denso.

Por eso, en determinadas situaciones, el dentista propone un método más lento, pero más fácil de controlar. El tratamiento ambulatorio. En este caso, el odontólogo receta al paciente un gel blanqueador que se coloca todas las noches en la dentadura y una férula plástica, fabricada a medida de las arcadas del paciente, que esparcen el gel entre los dientes y permite que el producto haga efecto.

El diseño a medida de la férula es fundamental. Una férula que no se adapte 100% a la dentadura del cliente puede provocar un desplazamiento de las piezas dentales.

Cada cierto tiempo, el cliente acude a una visita de control en su clínica, donde el dentista ajusta el tratamiento y comprueba el estado de la dentadura.

El otro tratamiento estético son las carillas dentales. Unas finas láminas que se colocan sobre los dientes originales y que corrigen imperfecciones como el diastema (espacio entre los incisivos superiores), las diferencias de forma y tamaño en los dientes y oculta las manchas en el esmalte que no se pueden eliminar con otros métodos.

Los tratamientos de estética que se aplican en las clínicas dentales son el método más seguro para mejorar la apariencia de nuestra dentadura, ya que protegemos siempre la salud de los dientes.

 

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