La moda femenina para este invierno se caracteriza por un toque sensual, y al mismo tiempo, elegante. Prendas que realzan los encantos naturales de la mujer, y que hacen que se sienta segura y cómoda llevándolas. En esta temporada, los vestidos marcan tendencia.
En las principales pasarelas del mundo; París, Nueva York, Milán se ha visto de todo. La presentación de las colecciones otoño – invierno para el 2022-2023 muestran el carácter ecléctico y variado que impera en el mundo de la moda. Una vuelta a la minifalda de los 60, ciertos guiños a las hombreras de los 80 o un punto poderoso y fetichista tipo “Donimatrix”, como el que presentó la diseñadora Julia Fox en su desfile de Milán.
Pero si hay un común denominador de toda la moda desde el final de la pandemia, es la presencia de la sensualidad y el erotismo. Ropa que muestra, pero que sobre todo insinúa, partiendo en todo momento del respeto a la mujer y del buen gusto. Así lo define la revista Vogue, que entre tanta diversidad ha sabido sintetizar algunas claves que marcan tendencia esta temporada.
- La combinación de blanco y negro. Los dos colores básicos se conjuntan en la misma prenda con blusas escodas con el cuerpo en negro y las mangas blancas o abrigos largos de corte asimétrico de color negro que tienen el cuello y la solapa en blanco. Otro de los recursos son las superposiciones. Sobre un fondo blanco básico que puede estar representado por una camiseta, una blusa o un traje de pantalón, se coloca un abrigo, una capa o un chaleco que juega con el contraste, dejando entrever la prenda del fondo.
- Minifaldas de los 60. La reivindicación de la década prodigiosa está representada por la vuelta a las minifaldas de corte recto o plisado, un palmo por encima de las rodillas. Combinada en muchas ocasiones con botas altas de piel y cremallera. Una oportunidad para lucir las piernas cubiertas por elegantes pantis monocromáticos o de fantasía.
- Prendas de cuero. El cuero está presente este invierno y se utiliza en todos los colores, Amarillo, verde, lila, rojo, fucsia. No solo para chaquetas, cazadoras y abrigos, sino en faldas cortas y largas o en gabardinas cruzadas de tres cuartos.
- Color rosa. Varios diseñadores de renombre como Valentino, Carolina Herrera o Alexander McQueen proponen la vuelta al rosa, o más bien, al fucsia. Colores intensos que pueden monopolizar un conjunto o combinarse con tonos más suaves, blancos y negros.
- La capa. Para dar un toque elegante, y al mismo proteger del frío del invierno, este año se propone la utilización de capas que llegan hasta la altura de las rodillas. Abrochadas con botones o un simple cierre en el cuello, combina con looks más sofisticados, protegiendo vestidos largos o trajes de pantalón.
- Tank Top. Y para un estilo más desenfadado se propone el empleo de las camisetas blancas de tirantes de toda la vida. Una versión de la camiseta interior masculina, en blanco y algodón, que combina a la perfección con unos vaqueros y hasta con un pantalón de cuero. Sobre ella, se coloca el abrigo.
Vestidos para todas las ocasiones.
Los vestidos acaparan las búsquedas de moda por internet. No es que hayan desplazado a los vaqueros o a la ropa más cómoda, pero si está viviendo un auge inesperado. Las consumidoras se interesan por ellos incluso en invierno. La revista Telva nos propone utilizarlo en todo tipo de ocasiones, también en el día a día. No solo para asistir a una cena o una celebración señalada. Para ello hace una serie de sugerencias.
Este año son interesantes los vestidos de cuero o efecto piel. Sobre todo en colores, aparte del negro y el marrón más característico. Se ajustan al cuerpo, suelen dar calor y proporcionan un aspecto sexi y poderoso. De mujer empoderada. Van combinados con botas altas o zapatos de piel.
Otra de las tendencias es el vestido-jersey. Jerséis largos, por lo general, calentitos, con diferentes acabados de cuello: cuello alto, de pico, palabra de honor o cuello a la caja. Son cómodos de llevar y se pueden poner solos, combinados con unas botas de caña alta o con unos vaqueros y unas deportivas.
En las pasarelas de este año se han visto bastante los vestidos con transparencias. Encajes, tules y bordados que invitan a mostrar la piel con sutileza. Perfectamente encajados en la tela del vestido, algunos de ellos no pueden esconder su inspiración gótica. Para las más atrevidas, la revista Telva les invita a probar los vestidos segunda piel. Unos vestidos ceñidos de color carne, que con elegancia cubren y moldean el cuerpo. Para lucirlos la clave es la sencillez, eliminando cualquier tipo de accesorio.
En cuanto a los colores para los vestidos, este año sorprende el fucsia. El rojo es ideal para destacar en eventos en los que has sido invitada y los vestidos negros son el recurso que nunca falla, con él siempre te sientes cómoda y elegante.
La firma alicantina «La Pepa» propone recurrir a los vestidos para sentirte cómoda y deslumbrar en cualquier ambiente festivo. No solo para acudir a ceremonias a las que ha sido invitada, sino también para salir una noche a cenar o a bailar con las amigas.
Vestidos cortos.
En cuanto a vestidos cortos, este año se llevan telas ajustadas al cuerpo, pero no excesivamente ceñidas, que permitan libertad de movimiento. Prendas que son sexis, insinúan la silueta, y ante todo, son cómodas.
Destacan los colores intensos: el fucsia, el rojo, el verde oliva y el burdeos.
Tienen una presencia destacada los vestidos de tirantes. La parte superior del vestido se sujeta prácticamente con unos cordeles cerrados, dejando los hombros al descubierto.
También aparecen vestidos con mangas, ceñidas al brazo y sugerentes escotes en “V” o abiertos por la espalda.
En cuanto las telas se emplean aquellas de efecto aterciopelado, especial para las grandes ocasiones. Otras vienen con un sutil toque de brillo, casi imperceptible, que se asemejan a las burbujas de una copa de cava. Y para un uso más habitual, se emplean telas con un efecto satinado.
Junto a los vestidos con minifalda, destacan también aquellos con una falda recta, más larga, sin llegar a los tobillos y con una apertura lateral en el lado izquierdo. La mujer que lo luce, enseña la pierna de una forma muy sexi y puede andar cómodamente con ellos.
Con un look más joven, se utilizan vestidos de dos piezas. Una minifalda ajustada y un top corto de tirantes en la parte de arriba, dejando al descubierto los hombros.
Aunque este año predominan los colores limpios, también hay lugar para aquellas mujeres que les gustan los estampados. Sobre todos los motivos florales. Colocados de forma armónica sobre fondos azules. Este tipo de vestidos son más recomendables para lucirlos durante el día, ya que la luz del sol resalta el estampado de la tela.
Vestidos largos.
Este tipo de vestidos están pensados para acudir a aquellos eventos que estamos esperando con cierta impaciencia, que son importantes para nosotros. Con faldas anchas que dejan lucir la caída natural de las telas, en su confección se emplean tejidos sofisticados y acabados cuidados. Diseñados para impresionar en las grandes ocasiones, como si pisaras una alfombra roja.
Son vestidos ajustados, de corte asimétrico o con un recogido de tela, normalmente a la altura de la cintura, que resaltan la silueta de la mujer.
En esta temporada, los colores que destacan son el fucsia, el rojo, los verdes, el azul celeste y los colores pastel.
Este año, como complemento, sorprenden las estolas de pelo. Colocadas sobre los hombros, dan un toque diferente y distinguido al conjunto.
En cuanto a las faldas, destacan las de confección ancha, con un aire vaporoso, como liviano, otras con una apertura lateral que deja enseñar la pierna y otras más rectas acabadas en flecos.
Diseñadores españoles especializados en este tipo de prendas como Victorio y Luccino o Vicky Martín Berrocal se dirigen a un tipo de mujer muy concreta; elegante, con una fuerte personalidad y con un marcado carácter étnico.
Para ellas diseñan vestidos de corte recto, aunque ligeramente entallados en el tronco y la cintura, de colores intensos como el fucsia, el verde aceituna, el morado, el pistacho y con detalles característicos como hombreras, recogidos de tela en el hombro o la cintura, o puños y cuellos de pluma.
Por otro lado, el popular diseñador español Palomo Spain crea vestidos más sueltos, menos ajustados al cuerpo, con una gama de colores menos influido por las tendencias del momento, orientado a reflejar la luz en distintos tonos y donde el elemento distintivo lo marcan los complementos: una chaquetilla torera, un sombrero, unas botas por debajo del vestido o un cinturón cruzado por encima.
Ese aire tan femenino y sensual que está adquiriendo la moda en estos últimos años, hacen del vestido una prenda elemental, que ninguna mujer puede dejar de tener en su armario, tanto en invierno como en verano. Una concepción de la sensualidad, no tanto orientada a gustar al hombre, sino a que la mujer se guste a sí misma.