Lo que se necesita para hacer la vida más fácil a nuestros mayores

Dicen que cada momento de crisis es una oportunidad. La última que hemos vivido es la de la pandemia. Fueron muchos meses de encierro, de prohibiciones y restricciones que ahora se ha comprobado que muchas de ellas fueron fuera de la ley. Sin embargo, es cierto que el virus del covid nos ha hecho recapacitar en algunos aspectos. ¿Tú qué has aprendido de la pandemia? Es la pregunta que todos nos hemos hecho después de los años vividos. Pues yo en mi caso lo tengo claro, que nuestros mayores están muy olvidados.

Y es lo que he comprobado después de analizar la situación en la que han quedado mis padres. Ya no hablo de abuelos, que esos pobres han padecido mil problemas en las residencias. Yo me fijo en mi padre. El pobre pasó la enfermedad, y casi estuvo a punto de fallecer. Los médicos nos dijeron que nos pusiéramos en lo peor. Afortunadamente gracias a la medicina y a los grandes profesionales que tenemos en este país, salió adelante. Eso sí, las secuelas han sido grandes. Por eso, desde el momento que finalizó su estancia en el hospital fue el momento de pensar cómo sería su vida post covid. Y es ahí cuando pensé que hay que hacer la vida más fácil a nuestros mayores.

Y una de las maneras que hicimos más fácil su vida fue con la compra de una silla elevadora. Y es que físicamente mi padre quedó tocado, y como vivía en un chalet de dos pisos. Por cierto, eso es otro debate. La razón de por qué queremos comprarnos casas con varias plantas si sabemos que con el paso de los años no vamos a poder subir las escaleras. De eso ya hablaremos otro día.

Pues bien, la idea fue comprar una silla elevadora. Es cierto que hay que saber elegir porque existen varios modelos en el mercado. Hay multitud de modelos de sillas salvaescaleras con diferentes características para ajustarse al espacio disponible y a las circunstancias/necesidades de cada persona con movilidad reducida. Dentro de esta categoría, podemos clasificar los tipos de sillas salvaescaleras en:

  • Silla salvaescaleras para tramos rectas
  • Silla salvaescaleras para tramos curvos

“Todos los tipos de sillas salvaescaleras son una solución ideal por su comodidad, seguridad y funcionalidad permitiendo mejorar la accesibilidad de las personas  con movilidad reducida en la subida y bajada de escaleras de una forma cómoda y totalmente segura”, indican desde Total Access.

¿En qué se diferencian?

Pues las sillas salvaescaleras para tramo recto, utilizan componentes menos complejos ya que no tiene cambios de desniveles o curvas mientras que la silla salvaescaleras que ofrece Total Access utilizada en escaleras curvas o con cambios de pendiente, incorpora una serie de elementos más complejos para poder adaptarse a los cambios de desnivel.

También se diferencia el rail o guía, en los tramos rectos los railes utilizados son de fabricación estándar mientras que los railes curvos requieren de una fabricación a medida adaptada completamente a la forma y recorrido de la escalera.

Y lo mejor de todo esto es que cuando mi padre volvió a casa después de la rehabilitación en el hospital, no tuvimos que hacer obra, ya que la instalación de una silla salvaescaleras no requiere ningún tipo de obra, se instalan directamente sobre la escalera fijando el rail o railes que sirven de guiado a la silla y para ello se fijan una serie de soportes regulables. Tan solo es necesario un punto de luz donde pueda enchufarse la silla salvaescalera.

Normalmente, no se necesita licencia o permiso de obra para instalar una silla salvaescaleras en una vivienda. Pero al realizar una instalación habrá que realizar un estudio de mediciones para la disposición de la silla en la estructura de la escalera.

¿Cómo se recargan las baterías de una silla salvaescaleras?

Según el modelo de  Silla Elevadora. Hay modelos que utilizan un sistema de carga de batería continuado y otros que por lo general suelen cargarse cuando se encuentra en reposo en los tramos finales.

Y así es como con esta herramienta la vida de mi padre mejoró mucho. Es cierto que ya no ha vuelto a ser el mismo, pero por lo menos le ha servido para sentirse autónomo y poder acceder al cuarto de arriba de la casa que es donde tenía un cuarto de herramientas para hacer sus chapuzas. Por eso, hay que pensar más en nuestros mayores, ya que han sido los grandes damnificados de esta maldita pandemia que nos ha tocado vivir.

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