Para comenzar, se entiende por higiene industrial: “la ciencia y arte dedicados al reconocimiento, evaluación y control de aquellos factores ambientales o tensiones emanadas o provocadas por el lugar de trabajo, que puede ocasionar enfermedades… entre los trabajadores o los ciudadanos de la comunidad” según los propios términos de la Asociación Americana de Higiene Industrial. Siendo su secuencia de actuación la siguiente:
- Identificación del contaminante.
- Medición objetiva del contaminante.
- Comparación del valor obtenido con los valores de referencia.
- Medidas correctoras.
Por lo que, gracias a ella es que logramos identificar los agentes contaminantes del medio ambiente que podían suponer un riesgo para nuestra empresa y de la misma forma, el plan de seguimiento para garantizar la seguridad de nuestras instalaciones y equipo humano.
Dichos agentes pueden encontrarse en cualquier empresa y son más comunes der lo que crees. Por esto, nuestros amigos de Sermecon, empresa especializada en la gestión de prevención de riesgos, higiene industrial y medicina del trabajo, nos comentan alguno de los más comunes.
Contaminantes ambientales
Los tipos de contaminantes ambientales que pueden amenazar nuestra empresa son:
- Químicos. Materias inertes, no vivas, que puede presentarse en forma de gas, vapor o aerosoles líquidos (nieblas) o sólidos (polvo).
- Físicos. Diferentes formas de energía que pueden estar presentes en el entorno laboral:
- Mecánica (ruido y vibraciones).
- Térmica (calor y frío).
- Electromagnética (radiaciones ionizantes y no ionizantes).
- Biológicos. Virus, bacterias, protozoos, hongos y gusanos.
Contaminantes químicos
Son aquellas sustancias que durante su fabricación, manejo, transporte, almacenamiento o uso, pueden incorporarse al aire del ambiente en forma de polvo, humo, gas o vapor, con efectos irritantes, corrosivos, asfixiantes o tóxicos y en cantidades que tengan la probabilidad de afectar la salud de las personas que entren en contacto con las mismas. Las vías a través de las que puede entrar uno de estos contaminantes a nuestro organismo son:
- Respiratoria.
- Dérmica.
- Digestiva.
- Parenteral.
Una vez dentro del organismo, un contaminante produce una intoxicación en el trabajador, la cual puede ser «aguda», cuando se trata de una exposición intensa a una alta concentración, o «crónica», si ha sido una exposición constante a pequeñas concentraciones. Siendo que, la primera da lugar a un accidente de trabajo que suele ser de pronóstico grave y la segunda suele ser causa de una enfermedad profesional. Esto establece una relación de proporcionalidad directa: a más tiempo de exposición o a mayor concentración del contaminante, más riesgo para el trabajador y peores las consecuencias para la salud.
Así que si estamos ante la posible presencia de contaminantes químicos en el medio ambiente laboral, el higienista encargado deberá identificar el contaminante, evaluarlo y controlarlo. Para esto, deberá realizar una medición del mismo en el aire del ambiente con el sistema de medición adecuado, y la posterior comparación de la concentración hallada con la que se considera valor límite ambiental de ese producto (VLA), en las tablas correspondientes publicadas por el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo. De esta forma se podrá saber si existe riesgo higiénico o no.
En caso que exista riesgo higiénico, el procedimiento de control dependerá bien del tiempo de exposición al que han estado sometidos los trabajadores. Siendo una de las medidas más recomendadas, la reducción del tiempo de estancia en la instalación o al contaminante en sí, adoptando acciones correctoras que disminuyan la concentración del mismo.
Contaminantes físicos
Como dijimos, pueden ser tres los tipos de energía que entren en contacto con el trabajador durante el desempeño de sus funciones:
- Mecánica (ruido y vibraciones).
- Térmica (calor y frío).
- Electromagnética (radiaciones ionizantes y no ionizantes).
- Ruido
Existen dos tipos de ruido a los efectos de la higiene industrial:
- Continuo. Motores, martillos neumáticos, molinos… Que pueden producir efectos adversos del tipo:
- Auditivo: reducción de la capacidad auditiva, casi siempre bilateral, que se inicia en frecuencias de 4.000 Hz; la cual es irreversible y no evolutiva si cesa la exposición.
- No auditivos: aumento de la frecuencia respiratoria, hipertensión arterial, efectos gástricos, visuales, tiroideos, trastornos del sueño, irritabilidad, falta de atención, menor velocidad de reacción, etc.
- De impacto. Disparos, golpes de prensa, de martillos… Los cuales pueden traer consecuencias como:
- Pérdida temporal o definitiva de la capacidad auditiva, uni o bilateral.
- Y en potencias sonoras menos extremas, los mismos efectos que el ruido continuo.
Para reducir los efectos del ruido en los espacios de trabajo, hay que seguir los mismos pasos descritos en el control de los contaminantes químicos. Actuaremos sobre la fuente emisora, sobre el medio y sobre el trabajador:
- Sobre la fuente. Ingeniería de procesos, encerramiento de máquinas, mantenimiento adecuado de las mismas (cojinetes)…
- Sobre el medio. Barreras acústicas, materiales absorbentes de ruido, aumentando la distancia entre la fuente y el receptor…
- Sobre el trabajador. Aislamiento del trabajador, información y formación, EPI específicos según la intensidad y la frecuencia del ruido…
- Vibraciones
La vibración es el movimiento oscilatorio de un cuerpo sólido. Lo que caracteriza a la vibración desde un punto de vista físico es la frecuencia y la amplitud de su oscilación. Los efectos que pueden provocar sobre el organismo dependen de la función de su frecuencia, pero pueden ir desde un mareo leve hasta necrosis.
Para limitar el riesgo de la vibración en el puesto de trabajo actuaremos de la siguiente forma:
- Sobre la fuente. Adecuado mantenimiento de las máquinas, herramientas antivibración, ingeniería de procesos, etc.
- Sobre el medio. Interposición de materiales aislantes.
- Sobre el trabajador. Información y formación, EPI adecuados, rotación de puestos para reducir tiempo de exposición, vigilancia de la salud…
- Estrés térmico
Hay factores como la humedad relativa, la velocidad del aire y la temperatura radiante media que, además de la temperatura del aire, determinan el esfuerzo que tenga que hacer el organismo para mantener estable la temperatura interna.
Por ejemplo, en situaciones de altas temperaturas ambientales es muy difícil que exista corriente de aire, como ocurre en general en los trabajos en exterior, a que no se dé esa circunstancia, como puede suceder en el interior de una nave cerrada bajo el sol intenso de verano. En el primer caso, la corriente refrescará al individuo que en ese trance se encuentre, siendo la sudoración un fenómeno favorecedor de la disipación del calor interno. Sin embargo, cuando no existe esa corriente no se disipa el calor interior y puede darse con más facilidad lo que llamamos un «golpe de calor».
Por otro lado, las actividades que realizamos en nuestro trabajo generan calor, de forma que un trabajo que requiera una actividad física vigorosa, si se realiza en unas condiciones de alta temperatura, precisará una serie de medidas preventivas que protejan al trabajador.
Las medidas preventivas que debemos respetar en dichas situaciones son:
- En interiores. Exposición gradual al principio, suplementos de sal, favorecer corrientes de aire, aire acondicionado, aislamientos de paredes y equipos.
- En exteriores. Crema protectora, sombrero, pañuelo mojado en el cuello, pausas, rotaciones, hidratación adecuada, buscar sombras…
Por otro lado, cuando el tipo de trabajo favorece la exposición a bajas temperaturas, nos encontramos más bien con una situación de estrés por frío. En este caso, los factores influyentes son las bajas temperaturas, la alta humedad o contacto con agua, la velocidad del aire y el tipo de ropa.
Las medidas preventivas entonces serían: pausas, ropa y calzado impermeables, guantes, evitar corrientes y humedad, lugares de recuperación, bebidas templadas y dulces, dieta adecuada…
- Radiaciones
Podemos clasificar las radiaciones a las que nos podemos ver expuestos en:
- Radiaciones ionizantes que consisten en ondas electromagnéticas de muy alta frecuencia, capaces de provocar la ionización (generación de partes eléctricamente cargadas, una positiva y una negativa), rompiendo los enlaces atómicos que mantienen unidas a las moléculas en las células.
- Radiaciones no ionizantes, que se tratan de ondas electromagnéticas de menor frecuencia que las ionizantes y que carecen de la suficiente energía como para romper los enlaces atómicos intracelulares. Por ejemplo: radiación ultravioleta, visible, radiación infrarroja, radiofrecuencia y campos de microondas, campos eléctricos y magnéticos.
Los efectos que cada una de ellas pueden provocar en el organismo de aquellos trabajadores que se sometan a una exposición constante incluyen opacidades en el cristalino, daños en la retina, quemaduras en la piel y en los casos más graves, hasta ceguera.
Para controlarlas, nos guiaremos por el mismo plan de identificación, evaluación y control, sumando que los trabajadores que entrarán en contacto con ellas deberán realizarse un examen que los certifique aptos para tal tarea.
Agentes biológicos
Estos se clasifican en:
- GRUPO 1. Poco probable de causar enfermedad.
- GRUPO 2. Puede causar enfermedad y poner en peligro a los trabajadores. Sin embargo es poco probable que se propague a la colectividad y para ellos ya existe una profilaxis o tratamiento eficaz (legionella, helycobacter…).
- GRUPO 3. Puede causar una enfermedad grave y representa un serio peligro para los trabajadores, además que se corre el riesgo de que se propague a la colectividad. Para ellos existe una profilaxis o tratamiento eficaz (rabia, sida, hepatitis b y c…).
- GRUPO 4. Puede causar una enfermedad grave y supone un serio peligro para los trabajadores, además que tiene muchas probabilidades de que se propague a la colectividad y aún no existe una profilaxis o un tratamiento eficaz (enfermedad de creutzfeldt-jakob, virus ébola…).
En caso de estar frente a una amenaza de carácter biológico, se parte de identificar dicho virus, para proceder a continuación según sea el caso. Muchas veces habrá que administrar la cura correspondiente a los trabajadores afectados, mantenerlos en cuarentena de ser una condición contagiosa que pueda poner a otros en riesgo y realizar un chequeo general a todos aquellos trabajadores en contacto con el portador del virus para garantizar su salud, entre otras.