El turismo rural, la elección preferida por los españoles durante este verano tan extraño

Ya ha pasado medio año desde que el coronavirus cambiara todas y cada una de nuestras vidas y, por supuesto, hasta el último de nuestros planes. Está claro que el balance que podemos hacer no es bueno ni mucho menos. Han sido muchas vidas las que se han quedado por el camino y también muchas las consecuencias económicas que se han ido desencadenando con el paso de los meses. La incidencia del coronavirus en la economía ha sido brutal en un país como el nuestro, que vive en buena medida de la llegada de turistas procedentes de todos los lugares del mundo.

No tenemos nada más que ver la televisión o consultar los periódicos digitales para comprender cuál ha sido la sensación de los hosteleros o de los regentes de los hoteles de la costa acerca de la campaña de este 2020. Prácticamente nadie ha salido bien parado porque simplemente nos hemos limitado a salvar la temporada y a esperar que deje de llover para intentar regresar cuanto antes a la normalidad. Pero eso, como estamos viendo, no es tan fácil como parecía que lo iba a ser a principios del verano.

La situación que se ha generado en España en los últimos meses ha sido de lo más curiosa porque, mientras muchos hoteles y bares de la costa han sufrido una caída bastante importante es su volumen de ventas, otro tipo de turismo ha venido ganando enteros desde el fin de la primavera hasta tal punto que ha sido una de las elecciones más tenidas en cuenta por parte de los ciudadanos durante este verano. Hablamos, como no podía ser de otra manera, del turismo rural. Este es el único modelo de turismo que ha conseguido cierto éxito en lo que llevamos de este maldito año en el interior de nuestras fronteras.

Un artículo al que hemos tenido acceso gracias a la página web Hosteltur y que se publicó durante los primeros días de mayo indicaba que ya existían, por aquel entonces, los primeros indicios de recuperación en lo que tenía que ver con el turismo rural. El aumento en el volumen de prereservas así lo indicaba, un aumento que todavía no se había producido en lo que tenía que ver con el turismo más habitual en nuestro país: el conocido turismo de sol y playa. Ese dato ya dictaba sentencia acerca de quién va a ganar la partida este año.

Apenas un par de semanas después un diario del renombre y el prestigio de El País informaba de que el turismo rural y de interior se estaba sobreponiendo al coronavirus. Aunque era cierto que el volumen de negocio no iba a ser el mismo que con la llegada de turistas de otros países, lo cierto era que el turismo rural iba a notar mucho menos esta crisis que cualquier otra modalidad de turismo en la que seamos especialistas en España. El turismo rural, que siempre había sido considerado como el hermano pequeño el turismo de sol y playa, ha demostrado tener una entereza con la que mucha gente no contaba.

El coronavirus ha supuesto un shock muy grande para la economía española y, por supuesto, para nuestra principal fuente de financiación: el turismo. Es verdad que el turismo rural ha sabido adaptarse mucho mejor a la nueva normalidad que el resto de su competencia, y esto ha permitido que la gente haya apostado por él a la hora de viajar este verano. Desde Casa Imperial Salamanca así nos lo han hecho llegar.

Una elección que ha convencido a mucha gente y que trastocará sus vacaciones en el futuro 

Son muchas las familias que se han dado cuenta este verano de las ventajas que tiene el turismo rural, un turismo que les permite estar alejadas de todo cuanto tenga que ver con el estrés y el bullicio, asuntos que son precisamente los que tratamos de evitar cuando llegan nuestras vacaciones. El turismo de costa no garantiza esta huida del estrés y de los ruidos y el rural sí que lo hace. Ese es el motivo por el que creemos de una manera firme que mucha gente va a cambiar su modo de plantear las vacaciones de cara a los próximos veranos.

¿Es este un cambio de paradigma en lo que respecta al turismo en nuestro país? Es probable que así sea. Lo que es seguro es que hay muchos rincones del interior de nuestra península que merece la pena visitar y que nos permiten obtener un descanso que realmente nos sirva para desconectar y cargar las pilas, que es lo que de verdad queremos y lo que tanto necesitamos una vez que tenemos la oportunidad de olvidarnos al menos por un par de semanas del trabajo.

 

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