Una de las principales ventajas que tiene vivir en un país como el nuestro tiene que ver con la diversidad cultural que hay dentro del mismo. Como sabéis, no se hacen las mismas cosas ni se tienen las mismas costumbres en el norte de nuestro país que en el sur, como tampoco se hace lo mismo en el este que en el oeste. España es un pueblo de pueblos y eso es algo que se deja notar en cuanto tenemos un poco de ganas de viajar a distintos sitios y se nos abre de esa manera la posibilidad de comparar. Nos pueden gustar más unas cosas que otras, de hecho, es algo natural que nos gusten más unas culturas que otras, pero lo innegable es que la disparidad es algo que enriquece a nuestro país a todas las personas que forman parte del mismo.
En los párrafos que siguen, vamos a hablar de una de las representaciones culturales más importantes que tenemos en una zona concreta de nuestro país pero que nos caracteriza, más allá de nuestras fronteras, a todos los españoles y españolas. Es el flamenco. No cabe la menor duda de que estamos hablando de algo que merece ser considerado como un auténtico arte porque realmente lo es. Y ojo, no es solo algo que afecte de alguna manera a la música. Es, más bien, una cuestión que afecta a todo el ser de las personas que lo viven y que encuentran en el flamenco una manera de disfrutar al máximo de su tiempo libre.
En este artículo, lo que queremos es hablar del flamenco desde un punto de vista diferente, especialmente ligado a todo lo que tiene que ver con el mundo empresarial. ¿Es posible conseguir dinero del flamenco? ¿Es posible que una forma de arte como esta permita ganarse la vida a cientos y cientos de personas? La respuesta está clara y es afirmativa. Por supuesto que es posible. El flamenco llama la atención de una enorme cantidad de personas en todo el mundo, personas que, por cierto, vienen a España no solo a disfrutar de las playas y el sol que tenemos aquí, sino también de nuestra cultura, entre la que se encuentra una forma de arte como lo es esta. España, que es el segundo país más visitado del mundo por detrás solamente de Francia, puede sacar partido del flamenco.
Lo que hemos dicho en el párrafo anterior no es una mera sensación, sino que es una cuestión que está más que demostrada. Así lo pone de manifiesto una noticia que se publicó en la página web de El Economista y que aseguraba que el flamenco se reivindicaba como marca de Andalucía y también como industria. En concreto, y según destacaba la misma noticia, este sector mueve al año 550 millones de euros, una cantidad que es más que interesante y que deja claro que existe un gran interés por esta forma cultural. Por tanto, claro que se puede vivir del flamenco y claro que hay oportunidades laborales en este sentido.
Una de las formas que mejor demuestran que es posible vivir del flamenco son los tablaos. Estamos hablando de lugares en los que el flamenco se vive en su máximo esplendor. Son lugares que se encuentran marcados como obligatorios para mucha gente que visita España y, en concreto, una región como lo es Andalucía. Las personas que se encuentran a cargo de este tipo de lugares saben que tienen una posibilidad económica muy interesante si los trabajan perfectamente. Y son muchas las personas que se encuentran embarcadas en un proyecto de este tipo y que trabajan, día a día, para obtener dinero tras sus esfuerzos y para difundir culturalmente todo lo que está ligado al flamenco.
Pero, ¿cuál es la clave para que funcione un tablao flamenco desde el punto de vista económico? Hemos querido hacer esta pregunta a las personas que se encuentran a cargo de El Pañuelo Tablao Flamenco, que han recibido la visita, entre otros, de Daniel Navarro (Premio Nacional de Arte Flamenco en categoría de baile en Córdoba en el año 2001), Niño Seve (que también obtuvo el mismo premio pero en la categoría de guitarra en el año 2013) o Rafa del Carri (también ganador de ese premio pero categoría de cante en 2022). Lo que nos han comentado es que es vital para un tablao que haya dos cosas: la visita de personalidades famosas del mundo del flamenco para ganar afluencia y que se le dé la opción de actuar en ellos a jóvenes promesas porque, de cara al futuro, ese tablao puede querer ser visitado como la cuna de un determinado maestro del flamenco.
Son este tipo de cosas las que permiten que un tablao flamenco pueda adquirir la popularidad que se busca de él. Como seguramente estéis pensando, no es fácil tener la posibilidad de contar con maestros del flamenco de manera continua. Ahí reside la dificultad y el mérito de este trabajo. Lo positivo de este asunto es que existen cada vez más maestros de un arte como este, que es más universal que en cualquier otro momento de la Historia y que hace posible que muchas personas puedan exhibir el arte que llevan dentro al mundo. Que un tablao sea reconocido por todos los amantes del flamenco no es fácil, no vamos a decir mentiras, pero tampoco es imposible si se trabaja bien en construir esa popularidad de la que estamos hablando.
Ni que decir tiene que conseguir que figuras del flamenco visiten un determinado tablao es una buena manera de hacer posible que se puedan generar interesantes ingresos por entradas y consumiciones durante la actuación de la que estemos hablando. En este sentido, tiene su parecido con el deporte: si nos visita un gran equipo en nuestro campo, seguramente se vendan más entradas que si nos visita el colista de la competición que estamos jugando. Y luego también puede entrar en juego en un tablao todo lo que tiene que ver con la publicidad. Y es que, si se contrata a alguien importante y sabemos que vamos a recibir la visita de mucho público, siempre existirán muchas más opciones de obtener ingresos extra por publicidad por parte de los patrocinadores.
Hay quien afirma que se debe valorar todavía más al flamenco en España
Existen determinadas personas que guardan relación con el flamenco que consideran que todavía deberíamos valorar mucho más todo lo que tiene que ver con este arte en el interior de nuestras fronteras. En una entrevista publicada en la página web de El Periódico de España, Miguel Marín, director del Festival de Flamenco de Nueva York y Londres, afirmaba que en España no se valora al flamenco, que no se tiene integrado su valor artístico. Por tanto, es evidente que hace falta que este tipo de arte continúe desarrollándose y llegando a todos los rincones de nuestra geografía para que, de ese modo, sea valorado en la medida de lo que se merece.
Los españoles y las españolas cada vez somos más conscientes de la riqueza cultural que tiene un país como en el que vivimos. Y eso es algo que nos invita a pensar en que el flamenco se va a valorar todavía mucho más en los años que están por venir. Siempre ha habido miles de personas que lo han hecho, pero no nos cabe la menor duda de que la cifra va a continuar creciendo de cara al futuro y que eso va a abrir un montón de oportunidades económicas para las personas que se dedican de manera profesional a este arte y también para un montón de ciudades que disponen de espacios como los tablaos que van a ganar en vida, en número de visitantes y en ganancias.
El flamenco es algo de lo que tenemos que estar muy orgullosos y orgullosas en este país. España es una nación que valora el arte que acumula su historia y el flamenco merece un espacio más que destacado en ese arte de nuestro país que le ha caracterizado y que sin duda va a seguir haciéndolo de cara al futuro. No todos los países pueden presumir de tener un arte que sea tan característico como este. La prueba de ello es que millones y millones de personas que vienen a España y que ven en primera persona todo lo que implica el flamenco se sienten impresionadas con ello.
El tiempo seguirá poniendo al flamenco en su lugar y más pronto que tarde podremos ver cómo los beneficios que acumulan los negocios ligados a él van a ir creciendo. Hay que acabar con ese sambenito que dice que el arte en España no es rentable porque sí lo es. Y lo es desde el punto de vista de la economía, de la riqueza cultural y de cualquier otro prisma. Hay que valorar la dimensión de nuestro arte porque es muy grande y, a veces, solo lo ven desde fuera y no tanto desde dentro.