¿Cansado del típico turismo de playa? Ya sabes, ese de sol, arena, mar y piscina en el hotel. La verdad es que ese turismo está muy bien, sobre todo si tienes la economía suficiente como para cogerte una buena pensión completa o todo incluido y te dedicas esos días de vacaciones a relajarte, tomar el sol y pedir Daikiris. Yo no tengo nada contra ese turismo, pero he de admitir que adoro el turismo rural, ese en el que ves cosas diferentes a cada paso que das y en el que la naturaleza es la base de todo. Bueno, y el turismo cultural tampoco está nada mal ¿eh? Que si Roma, Berlín, París… Vale, lo reconozco, me gusta todo tipo de viajes.
Pero esta vez vamos a centrarnos en esa España rural del centro del país, la llamada “España profunda”, que tiene lugares con encanto que no todos conocen y que yo aún no he podido visitar al completo.
Para empezar, mi primera recomendación es que os anotéis los pueblos más medievales de España y empecéis a visitarlos poco a poco. Todos, y cada uno de ellos, son preciosos y no os arrepentiréis de ver sus rincones más bellos.
Albarracín (Teruel)
Como muchos de vosotros sabréis, todos los pueblos y ciudades españolas cuyo nombre comienza por Al o Beni tienen mucho que ver con el mundo musulmán pues su origen, en muchos casos, proviene de la etapa musulmana de nuestro país. Y Albarracín, en Teruel, no es diferente. El pueblo conserva la torre del Andador y la disposición original de la villa inicial, algo que no suele verse ya mucho hoy en día. Sus casas y pequeños edificios medievales son una maravilla arquitectónica. Además, aún podemos ver lo que queda de su sistema defensivo, muy interesante para toda la familia.
Aínsa (Huesca)
Comenzó siendo un único castillo al que se le unió la muralla y acabó convirtiéndose en una villa que jamás fue conquistada por los musulmanes, por lo que guarda toda su arquitectura medieval cristiana en esplendor. El pueblo es Conjunto Histórico desde 1965 y la plaza es digna de ver desde cualquier ángulo. Toda una maravilla medieval con vida en pleno siglo XXI.
Otros pueblos medievales que visitar: Ávila, Peratallada (Girona), Santillana del Mar (Cantabria), Ronda (Málaga), Bárcena Mayor (Cantabria), Frías (Burgos), Olite (Navarra), La Alberca (Salamanca), Pedraza (Segovia), Buitrago de Lozoya (Madrid), Peñafiel (Valladolid), Sigüenza, Hondarribia, etc.
Actividades en la naturaleza
Mi segunda recomendación es que si os alojáis en las típicas casas rurales no desaprovechéis la oportunidad de practicar actividades al aire libre por la zona: desde senderismo hasta paseos a caballo o tirolina entre otras. Una de las mejores ciudades para ello es Albacete, con localidades destacadas como Alcalá del Júcar, Carcelén, y Nerpio. En este último pueblo nos alojamos una vez en familia en la casa rural del Cortijo El Sapillo, muy recomendable, donde ofrecen otras actividades además de las ya nombradas como espeleología, tiro con arco, rutas en 4×4 y pesca.
En la zona del sur español tampoco debéis dejar de realizar todo tipo de actividades, desde barranquismo hasta paintball. En ocioaventuracerrogordo.com pueden informaros de todo.
Tampoco podéis perderos Río Mundo, en Albacete también, donde podréis ver sus Chorros, que en esta época del año, con las lluvias de abril, suele estar precioso y con unas cascadas maravillosas.
Otra zona donde podéis realizar mil actividades diferentes es la Sierra de Cazorla. Hay muchísimos alojamientos rurales por la zona, la mayoría de ellos como casas rurales que antaño fueron viviendas habitadas durante todo el año. Casi todas están reformadas, lo cual es comodísimo, pero yo os encomiendo a ir en invierno y alquilar una casa rural que, aunque con reformas y mejoras, guarde aún el encanto clásico de la zona con su chimenea de leña tradicional. Es una auténtica maravilla.
Y, como extra o bonus a este artículo os recomiendo toda una provincia por descubrir: Guadalajara. Puede que Cabeza de la Alcarria sea su pueblo más famoso pero todos los rincones de esta provincia guardan su encanto. Visitad los valles del Tajo, el Tajula y el Henares, así como Atienza, y Molina de Aragón, muy conocida por sus gélidas temperaturas en invierno, un pueblo donde veremos el mestizaje de culturas con la muralla cristiana, el alcázar con sus puertas de herradura heredadas de los árabes y sus maravillosos puentes.